Sociedad
El perro platense que salvó a un niño perdido
Junto a su adiestrador, el capitán Néstor Paez, el labrador “León” rescató a un nene de 2 años, que llevaba perdido más de 15 horas entre pastizales del casco de una estancia de Tandil, en medio de la desesperación de su familia. Una historia con final feliz
El perro labrador “León” y su adiestrador, el capitán Néstor Paez, fueron héroes por un día. De su casa en el barrio Hipódromo de nuestra ciudad partieron a Tandil el domingo pasado a buscar a un nene de dos años que llevaba perdido más de quince horas. En un mega operativo que desplegaron los efectivos policiales, los representantes platenses encontraron a Bautista, que a esa altura ya presentaba un cuadro de hipotermia. “León” -de dos años y medio- fue el que encontró al pequeño, entre unos altísimos pastizales de un casco de estancia, luego de que se había extraviado jugando con sus hermanos y otros nenes en el atardecer del sábado. “Este rescate está entre los más emotivos que he vivido”, dijo Paez, de 50 años. Ambos se desempeñan ene la División Canes de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. Mientras crecía la desesperación de la familia, dos canes de la Policía y sus cuidadores se sumaron a los rastrillajes iniciados por la Patrulla Rural, de los que también participaron personal destinado por la Jefatura Departamental de los distritos de Tandil, Juárez, Rauch y Ayacucho, Infantería de Azul y Tandil, Bomberos de Tandil y Azul y un equipo del Grupo Halcón, todos apoyados por un helicóptero. En ese contexto, “León”, el perro labrador, junto a su encargado de la sección Canes, el capitán Paez, pudo encontrar al nene entre los pastos del campo que había visitado. Bautista estaba durmiendo, al momento de su hallazgo, y se despertó al sentir que el can estaba a su lado. “León se adelantó unos metros y de pronto empezó a mover la cola desesperadamente. Lanzó ladridos cada vez más fuertes y seguidos y llamaba para ver lo que había encontrado. Como el está preparado para encontrar personas fallecidas, en un momento se me cruzó lo peor; sin embargo, tras ver las piernitas de un chico que se movían un poquito apareció la esperanza y así encontramos entre pastizales al pequeño. Estaba sano, con hipotermia y varias picaduras de mosquitos. Pero lo que nos sorprendió fue su espíritu de supervivencia: se cubrió el torso con los pastos, como abrigándose para pasar la noche. Fue muy emotivo lo que se vivió y para León fue el primer rescate de una persona viva. Yo llevo más de 24 años en la Policía y 11 en esta área. Tengo varios rescates, pero como este no recuerdo uno tan emotivo y con final feliz”. ENTRENADO “León” está entrenado para encontrar personas vivas y cadáveres, explicaron ayer en el ministerio de Seguridad.. A las vivas las identifica a mucha distancia por el olor de su transpiración. En esta oportundiad, León detectó el olor que emanaba de la piel de Bautista y fue directo al lugar. Páez lo siguió cauteloso por detrás. Cuando el perro lo ve al nene, éste estaba dormido, casi desmayado, por el grado de hipotermia que presentaba. León ladró y ahí el nene despertó, entonces el perro se acercó a él de una manera muy lenta, y Bautista se paró solito y le dijo: “Pipi”. Paéz, en diálogo con este diario, dijo que “tuve varios perros adiestrados a mi cargo. Este fue uno de los 10 de una cría que nacieron hace dos años y medio y puedo decir que me quedé con el mejor de todos”. Emocionado, el policía y su perro, fueron ovacionados por los efectivos que participaron del mega operativo que se realizó en Tandil y por estas horas se lo reconoce como un héroe a él y a León, que ayer recibió varios mimos en el predio del Paseo del Bosque. El niño fue trasladado en helicóptero desde el casco de la estancia, en donde había ido a visitar a su madrina, hasta el Hospital de Niños Debilio Blanco Villegas. Allí quedó internado, en observación para controlarlo. León fue el mismo animal que encontró el cuerpo de Araceli Ramos el 11 de octubre del año pasado en un descampado sobre la General Paz, a la altura del partido de La Matanza. En aquella oportunidad, León encontró el cuerpo de Araceli atado con un alambre, en posición fetal, dentro de una bolsa. Sólo le alcanzó con girar en torno a la bolsa y ladrar una vez.
