UN JUGADOR SIEMPRE VERDE

Esta semana volvimos a Corral de Bustos para charlar con Raúl Osmar “Cubito” Gordillo, un defensor nacido y criado en esa ciudad y que siempre lució la camiseta verde de Corralense.
Una historia de fútbol y trabajo, donde desde muy chico supo juntar maíz, hombrear bolsas, sacar fardos y algunas otras tareas rurales más.
Amigo de sus rivales de Sporting, se pudo sentar en la sede celeste a tomar un café con un amigo después de ganar un clásico de la ciudad.
Los picados en el campito de los bretes, previos al trabajo hasta llegar al club forman parte de su historia.
Una vez cuando era pibe y siendo arquero contó que lo suspendieron del club y enojado se fue a jugar un partido en Sporting.
Dijo que por casualidad empezó a jugar de zaguero central en la primera división de Corralense, de la mano del recordado técnico Bujan.
Varias veces campeón con el equipo verde de Corral de Bustos, cree que en su época se notaba más la rivalidad entre los clubes de la ciudad.
Para muchos un jugador temperamental, pero él dice que era “calentón” y en algunas oportunidades la pierna la ponía más fuerte de lo que correspondía.
Estuvo expulsado por cinco años y no pudo jugar por algo que según él y algunos testigos que lo confirmaron, no tuvo nada que ver con esa situación.
Volvió a jugar ya en la cancha nueva de Corralense, jugando un clásico frente a Sporting.
Además fue partícipe de los campeonatos comerciales de Corral de Bustos y en pueblos vecinos, con Chacarita, el equipo que integraba con sus amigos.
“Va el camión”, dijo que era una frase que les decía una persona desde Rosario, cuando de antemano sabían que el árbitro los iba a favorecer y tenían que juntar el dinero correspondiente.
Hoy está jubilado, hace mandados, limpia su casa en la que vive solo y disfruta de su nieto, viviendo la vida a su manera.
También ve fútbol por televisión, pero ya no va a la cancha a ver los partidos de la liga.

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